El humo reseca mi garganta,
termina por destruir algún resto de esperanza.
El miedo, fiel compañero,
al igual que la desesperanza,
las botellas, los vasos...
Cubren con su ruido la cobardía.
aunque el romanticismo persistía,
sólo seguía encontrando
prostitutas no remuneradas.
termina por destruir algún resto de esperanza.
El miedo, fiel compañero,
al igual que la desesperanza,
las botellas, los vasos...
Cubren con su ruido la cobardía.
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sólo seguía encontrando
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