miércoles, 16 de noviembre de 2016

Sé de dónde estás huyendo, yo ya he huido de allí

Quién podría consolar años de desdicha? Morado, naranjo, verde. El paisaje del atardecer, del sol rindiéndose ante el dios de este universo, Sin jamás poder encontrar sincronía con su amada.
Y yo aún busco volver a eclipsarme bajo tu manto sombrío y tu sonrisa macabra. Y cada atardecer es más triste cuando recuerdas Que más de alguna vez fue acompañado de los dos luceros de la amada. Así es como cruzo el valle del maipo luego de dos semanas gratificantes, recordando que alguna vez fue junto a ti, Romance muerto, que miré un atardecer de los mismos colores anaranjados y morados. Haz olido la tristeza? Siempre tiene el aroma del verano.