En estos días lúgubres, cuando pareciese tomar decisiones acertadas y no querer cometer errores; Me están matando.
Con su mirada y temple de asesino, pareciese gritarme que no la olvide. Pero me es tan difícil creerle a la distancia, pero es tan difícil enfocarse en algo imaginario; Definitivamente no quiero alimentar a la moribunda esperanza.
Quiero escucharte decirlo, no sólo una vez más, miles de veces...
Abre tu boca, tu corazón y confía en la miseria que ofrezco, por que es sincera y es todo lo que tengo: Un montón de sentimientos hermosos por ti.
Dejémonos de pedir en silencio, pídemelo...
sábado, 19 de mayo de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario