En este bosque oscuro,
donde los lobos están esperando por sólo un descuido.
Quiero tomar tu mano,
mostrarte lo salvaje que puede ser el mundo,
ver tu sonrisa,
ahogarme en tu cabello dorado.
Tú, pequeña niña de mi corazón;
Eres la razón de mis palabras.
Tus ojos, como diamantes,
iluminan mi sendero a la muerte día a día.
Recuerda siempre:
Mi corazón es tuyo y de nadie más...
Te lo prometo.
martes, 28 de febrero de 2012
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