El cuarto está lleno de ropa sucia,
los ceniceros atestados de colillas,
botellas, botellas, botellas y más botellas vacías.
¿Es que acaso este corazón no puede latir?
Mis pulmones están negros
y mi cerebro repleto de agujeros;
Otro día donde el azul del cielo se hace caer sobre mi cabeza,
con más fuerza que los anteriores y menos sonrisas se dibujan.
Ya nada es alentador...
Este corazón está un poco más podrido
y estos ojos un poco más secos;
Aguardo cauteloso, esperando la hora de nadar en tu cabello...
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