Con cara de inocente, mirada perdida,
ritmo agitado, verbos nerviosos;
Se nos cae la noche y el tinto proporciona demasiada confianza.
Ella me abrazó, mientras fumábamos un poco de hierba y tabaco,
cuando el palpitar de nuestros labios parecía muy lejano.
Tomó mi mano, repliqué tomando la de ella,
terminó sin piernas y una sonrísa;
terminé sin pantalones y un "andate luego".
De un modo u otro la vida continua, y eso es lo que da asco
martes, 13 de noviembre de 2012
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